capítulo 6
una noche de octubre



Y salí a caminar, contrario a lo que todos desearían hacer tan pronto inició la lluvia torrencial.

Y salí a caminar, entre los límites de la oscuridad y elscaso baño de luz de las farolas.

Y salí a caminar porque pensé que quizás, solo quizás tú harías lo mismo y nos volveríamos a encontrar, en la frontera entre luz y oscuridad.

Y la lluvia mojó mi ropa y mojó mi tristeza, y sentí frio y sentí soledad.

Caminé hasta el final de la calle y de vuelta, como un fantasma que no puede escapar de los límites de su maldición.

Y me asomé a la puerta por donde alguna vez habríamos de salir juntos, aquella puerta que nos vio atravesar sus confines para encontrarnos bajo esa lluvia de octubre.

Y salí huyendo aterrorizado al encontrar vacío aquel lugar, vacío de tu existencia, quedando únicamente el eco de tu presencia, aquella noche de octubre.

Con la ropa empapada, temblando de frío, volví a mi cuarto vacío y oscuro donde alguna vez tu calor se uniera al mío. Y me senté en el rincón y esperé al primer rayo de sol, aquel rayo que tan pronto me tocara me brindara un poco de consuelo.